Las claves del "no" a Aragonés: ¿Qué separa a ERC y Junts? ¿Por qué es un obstáculo el Consell per la República?

El Vicepresidente del Govern catalán, Pere Aragonès, y la presidenta del Parlament, Laura Borràs.
El Vicepresidente del Govern catalán, Pere Aragonès, y la presidenta del Parlament, Laura Borràs.
Enric Fontcuberta / EFE
El Vicepresidente del Govern catalán, Pere Aragonès, y la presidenta del Parlament, Laura Borràs.

La abstención de Junts per Catalunya (JxCat) dará al traste con la posibilidad de que el candidato republicano Pere Aragonès, actual vicepresidente en funciones de la Generalitat, sea elegido presidente en el Pleno de investidura que este martes celebra la segunda votación en el Parlament de Catalunya.

El partido postconvergente ha decidido la abstención de sus 32 diputados también en la segunda votación, para la que era necesario tener más 'sí' que 'no'. Así, en la segunda votación del pleno de investidura de Pere Aragonès, con lo que el candidato de ERC no saldrá elegido porque contará tan solo con los 42 votos formativos de ERC (33) y la CUP (9). Los 32 de JxCat se abstendrán y por tanto serán más los votos negativos de PSC (33), Vox (11), Comuns (8), Cs (6) y PPC (3), en total 61 votos negativos.

¿Qué pasará ahora?

Al no ser investido Pere Aragonès en segunda votación, se abre un periodo de dos meses -a contar desde este viernes 26 de marzo- para intentar de nuevo una investidura y, si no fuese posible, el 26 de mayo serían convocadas automáticamente nuevas elecciones para al cabo de 54 días, el 11 de julio.

¿Qué separa a ERC y JxCat?

JxCat ya advirtió al inicio de las negociaciones con ERC que su apoyo no sería fácil y que, a diferencia de la legislatura anterior, quieren que el pacto esté bien sellado y que el acuerdo sea amplio.

Salvaguardar el papel de Carles Puigdemont es uno de los puntos innegociables y, según fuentes cercanas a la negociación, que el Consell per la República (CxR) tenga un papel activo es fundamental. Consideran que Puigdemont trabaja duro en Bruselas y que desde Waterloo ha conseguido la "internacionalización del conflicto político catalán"; pero creen que si no se le da un papel relevante poco a poco irá perdiendo peso y protagonismo en la vida política catalana y la formación se quedaría sin líder.

Además, los postconvergentes no olvidan la investidura frustrada de Puigdemont en la pasada legislatura, y se lo reprochan siempre que pueden a ERC, como ocurrió durante el discurso del portavoz de JxCat, Albert Batet, el pasado viernes en la primera votación a la investidura de Pere Aragonès.

Aún así, un paso importante para poder sellar un acuerdo en este punto concreto ha sido el comunicado que este lunes ha emitido el CxR en el que ofrecen diálogo "bilateral" e "inmediato" a todas las fuerzas y entidades independentistas: "El CxR es la institución republicana desde la cual hay que acordar las estrategias para hacer efectivo aquello a lo que nos comprometimos a partir del resultado del referéndum", reza el comunicado. Una vía de trabajo que ERC y la CUP apuestan porque se trace desde Cataluña y no desde Waterloo.

Otros de los puntos claves a cerrar es el reparto de cargos, algo que no se ha comenzado a negociar. JxCat considera que les pertoca una vicepresidencia, o incluso se plantea recuperar la figura del Conseller en Cap como figura que ejerza de contrapeso al presidente de la Generalitat.

Otros cargos golosos para los de Junts son la presidencia de la Corporació Catalana, la dirección de TV3 y la jefatura de informativos de la televisión pública catalana.

Otro punto de desencuentro entre las dos grandes formaciones independentistas es la falta de un plan B soberanista en caso de que fracase la mesa de diálogo con el Gobierno sobre la cuestión catalana. En el comunicado emitido este jueves, Junts justificaba su abstención ante la "falta de acuerdo" con ERC para garantizar un "Govern estable".

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